martes, 25 de mayo de 2010

FISAC





un lado del altar se sitúan los 300 frailes del coro, y al otro los 700 fieles, de forma que se enfrentan pero a la vez distancian por la posición preeminente del altar, elevado sobre siete gradas, y por los muros curvos que comprimen en espacio en el centro pero lo lanzan hacia la potente luz cenital, con el apoyo además, de un cristo que realiza el escultor Pablo Serrano, y que levita suspendido por un haz vertical de finos cables de acero. Los fundamentos del espacio dinámico que después Fisac desarrollará con más radicalidad, ya están patentes en esta iglesia de convexos muros de ladrillo rudo y muy texturado por la llaga rehundida, y techo de madera suavemente curvado hacia el centro, así como la forma de utilizar la luz y el color persiguen el mismo objetivo cinético y adquieren un papel protagonista con decidido "crescendo" hacia el centro. El muro del fondo de la nave, por donde accede el público, está perforado por una retícula de ladrillos vítreos en distintos tonos de azul, así como las ventanas corridas que rematan los muros hiperbólicos fueron diseñadas por el artista José María de Labra, y van pasando de los tonos fríos azulados a los cálidos dorados según se aproximan al altar. En cambio, el fondo del coro es todo él una gran vidriera de tonos rojos, que aluden al martirio de San Pedro y que fue realizada por el vitralista austriaco Adolfo Winterlich, aunque se produjera un desacuerdo entre el arquitecto y el artista a causa de las alteraciones que éste introdujo por su cuenta, al emplear tonos azules para dar mayor riqueza cromática a su obra, pero en detrimento de la rotunda idea de emplear rojos que tenía Fisac.



En paralelo va trabajando con la sección, y retoca y modifica varias veces las geometrías de la cubierta, siempre con un sentido ascensional hacia el altar, en principio dando entrada a la luz cenital sobre el altar, para finalmente confiar toda la entrada de luz al lateral derecho. El afán de Fisac por dotar de fuerte contenido espiritual a un espacio que él considera "un trozo de aire sagrado", le lleva a una idea de espacio dinámico que sugiera movimientos de giro y elevación hacia una luz de fuerte contenido simbólico, como forma de trascender los límites materiales de lo terreno. Y encuentra la forma de hacerlo con gran sentido escenográfico en la oposición de los dos muros que cierran la nave: el derecho, que él denomina muro estático es recto, denso y matérico, compuesto por sillarejos de piedra caliza, y sólo horadado por unas incisiones verticales al tresbolillo por las que entra la luz, mientras que el izquierdo –muro dinámico- se convierte en un paño envolvente que recoge con su curvatura tanto el coro como la nave y el altar, sobrepasando el final del otro muro para dejar abierta una boca vertical de luz hacia el altar.

http://www.fundacionfisac.org/guia/index.php

http://www.coam.org/pls/portal/docs/PAGE/COAM/COAM_PUBLICACIONES/HTML/mfisacb.html

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