Mientras el de Archigram proponía en aquel lugar pegado al mar una colina artificial cubierta para ofrecer un parque de césped inglés y crear en su interior (sin luz) un contenedor multifuncional hipertecnificado, Higueras construía en hormigón una gigante flor o volcán, una explosión mineral radiando -¡cómo no!- en torno a un centro mediante bandejas voladas que permitían entrar la luz y disfrutar de las vistas desde cualquier ángulo, exterior e interior, indiferenciadamente.
http://www.elpais.com/articulo/arte/Fernando/Higueras/infinito/elpepuculbab/20080705elpbabart_10/Tes
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