En la antigüedad los astrónomos se servían de un espejo colocado en posición horizontal sobre una mesa de trabajo para estudiar los movimientos celestes.
Desde tiempo inmemorial el hombre se asoma a las estrellas preguntando, buscando. Quizás en el acto de observación de la inmensa profundidad del universo, en este situar el “punto de fuga” hacia lo oscuro, hay un trasfondo meditativo primigenio, el contacto con lo ilimitado nos sitúa en nuestros propios límites.
Estas impresiones están apoyadas en la etimología de palabras como “consideración” (observación del conjunto de estrellas) “reflexionar” o “especular” (estudiar el cielo nocturno con ayuda de un espejo).
Memorias del Espejo es una invitación a observar y a descubrir los elementos en los planos opuestos en donde suelen estar. El cielo se refleja en el suelo, la luz que sale de los rosetones crean juegos abstractos en la pared de enfrente.
http://a-pdi.org/memorias-del-espejo-de-lupercales
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