“Buscando la luz, el maestro gótico descubrió la bóveda de crucería”, y este hito de la historia de la arquitectura ha quedado impreso en el imaginario artístico como uno de los más grandes logros asociativos entre dos grandes motores de la arquitectura, la estructura y la luz.
La catedral gótica, como el reloj de sol, necesitaba hablar a través de la luz a un pueblo que no sabía leer. Era la proyección de las imágenes de sus vidrieras la que les relataba la historia sagrada. Entonces, ¿por qué existen catedrales góticas oscuras? Analizando sus esqueletos estructurales encontré la razón de ser de esta oscuridad. Una respuesta racional a su necesidad de arriostramiento frente a sismo.
Posteriormente he tenido el honor de
dirigir la tesis de Juan Manuel Medina, que ha continuado avanzando en
el conocimiento de esta apasionante historia. La más destacada
aportación de su tesis es sin duda que ha conseguido, a través de su
propio método, medir no solo la luz sino las sensaciones que esta genera
en el espacio arquitectónico de la catedral. Un trabajo a caballo entre
la física y la mística, entre la arquitectura y la escenografía. Una
“puesta en medida” que confina de algún modo aquello que por intangible
desconcierta, y que por inasible hipnotiza, la luz gótica.
Pepa Cassinello
http://www.revistadiagonal.com/entrevistes/la-luz-es-el-tema/luz-gotica/
No hay comentarios:
Publicar un comentario